Carrera larga 21 km.
Corrí a un paso de 8’16” por milla. Lo importante de esta carrera no fue tanto el tiempo tan formidable que hice, sino el hecho de que pude hacer, por primera vez, algo que se llama “reverse splits”. Corrí la primera mitad de mi entrenamiento más lento que la segunda mitad, guardando energía en el intento.
Desayuné avena, miel, plátano y yogurt y me aseguré de ir bien hidratado.
La hidratación perfecta, a la milla 5 y a la milla 10 gatorade. Y para seguir consumiendo azúcar que se convierte en energía, dos barras de energía.
La música fue un problema, necesito poner música muy tranquila para los primeros 40 minutos y luego ir subiendo el ritmo; la energía que me da la música que me gusta y que tiene ritmo es increíble. Es una energía que me llena absolutamente y me di cuenta que puedo malgastar esa energía en correr más rápido en ese momento, o en agitar los brazos o hasta en cantar, o puedo medir esa energía y canalizarla a mis piernas y administrarla. Pienso que con un buen soundtrack que incluya canciones lentas padres para la primera mitad del trayecto y canciones rítmicas para la segunda mitad podré mejorar mi rendimiento en la carrera larga de la semana que entra.
Estas 13 millas, o 21 km, son el final de la quinta semana de mi plan de entrenamiento. Son un total de 16 semanas, así que llevo el 31% del entrenamiento, ¡Casi la tercera parte!
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