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Wednesday, October 29, 2014

Los zapatos y los dolores nuevos.

Tepic, Nayarit, 26 de Septiembre de 2014

Ayer fui a comprar zapatos de correr nuevos. No me acuerdo si ya lo platiqué, pero he estado teniendo problemas acumulados en los pies; en el derecho cada que corro con los Vomero 6 (tienen 1,000 km en ellos), me duele el tobillo y me duelen los metatarsos; y con los Flyknit padrísimos se me ponen las uñas del pie izquierdo moradas.

Así que solamente me quedan para entrenar mis Vomero 9 relativamente nuevos (un mes de uso), y estos me sacaron ampolla en el pie izquierdo en la carrera de 20 millas que hice hace una semana. Así que fui a una tienda acá en Guadalajara que es especialista en zapatos e implementos de correr (Jog and Run se llama); me terminé comprando unos Vomero 9 de talla 11 1/2 (normalmente uso zapatos para correr talla 11, soy del 10 1/2 de zapatos normales así que media talla más grande que se recomienda me lleva a 11 y como me sacaban uñas negras compré 11 1/2. Y me fui a estrenar mis tenis del 11 1/2 a la pista de La Loma en Tepic.

Corrí 10 millas y terminé con un dolor horrible en la pantorrilla izquierda. Lo atribuí a “que los estaba amoldando). El sábado corrí otras 5 millas con mis tenis viejos y me sentí a gusto, así que corrí las 20 millas que tenía que correr el domingo con mis tenis nuevos y terminé con un dolor horrible en la pantorrilla y con el tobillo izquierdo muy hinchado. Pero muy hinchado. y con dolor en el tobillo. Mis papás me vendaron (son doctores) y me dieron un antiinflamatorio, pero todavía el Lunes estaba hinchado y caminaba con mucho dolor. Casi no pude dormir dándole vueltas al asunto, y pensando en todas las fatalidades que podrían ocurrir. Y al despertar seguí así todo el día, y fué un día horrible. Pensé en que no podría ir a correr en el maratón, que me habría tal vez lastimado. Estaba adolorido, estaba desvelado, y me subí en un autobús para regresarme a Guadalajara, un viaje en autobús de 2 horas. Llegué a Guadalajara y estaba lloviendo y llegué tarde. Mi peque ya estaba dormida, yo estaba muy hinchado. 
Así me fui a terapia el martes, a acomodar mis ideas. Ahí decidí que tenía que ir a la tienda a platicar a ver qué había pasado e igual a tratar de ver a algún especialista que viera mi pie. Vamos, a aprender un poco acerca de la vida. Podía seguir lamentándome y arrepintiéndome de todo como en las pasadas 48 horas. e volcándome en mi dolor, en mi arrepentimiento de usar esos zapatos, tratar de volver a correr par demostrarle a mis zapatos que era más fuerte que ellos, pensar en que no iba a orrer el maratón que qué terrible entrenar tanto para ahogarme en la orilla. Así estaba dando y dando vueltas. O podía ponerme a trabajar, ver las cosas objetivamente y avanzar y tratar de enfocarme en el presente.

Así fue como decidí primero ir a la tienda a ver qué recomendaban. No quería ni escalar a nadie, ni quería fastidiar ni nada. Es más, estaba dispuesto a comprar unos tenis Vomero 9 igualitos a los que tenía, porque según mis cuentas mis Vomero 9 nuevos “no iban a llegar” al maratón por exceso de desgaste. Llegué a platicarle a la dependienta, la cual se me quedó viendo con cara de asustada. No me dijo nada, me dijo que los tenis no habían sido que no era su problema y me despachó lo más rápido que pudo. Yo me fui; en la cajuela de mi auto llevaba mis zapatos viejos y mis zapatos nuevos y mis calcetines. Antes de ir a la tienda creí que podría obtener ayuda y soporte de ellos, y no lo obtuve. En fin. Salí de ahí y me fui a un lugar que dice que "todo para sus pies". Pagé $150 pesos por una consulta con una técnica, que me vio, se dio cuenta que no había nada roto, me puso una crema antiinflamatoria y me dijo que no usara los tenis nuevos sino hasta después del maratón, que ahorita no convenía nada más que bajar la inflamación y continuar con el entrenamiento, pero sin mis zapatos nuevos. Buena crema antiinflamatoria y buen consejo. Y no tuve que ir a gastar $800 con un doctor, no creo que fuera necesario. Con la crema, reposo y apretando con una tobillera tuve para al día siguiente continuar mi entrenamiento. Seguí con la tobillera un par de días más, y ya para el fin de semana corrí mejor.

Aprendí también a que los zapatos de correr no tienen que ir tan apretados. Los he estado usando un poco más flojos de lo que los usaba antes y me ha servido mucho.

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